lunes, 12 de mayo de 2008

Puesta en el TEATRO SAN MARTIN de UN ENEMIGO DEL PUEBLO en el año 2007













Un Enemigo del Pueblo”: Un espejo enorme sobre el escenario
Lix
rlix@fibertel.com.ar
Autoría: Henrik Ibsen Adaptación y Dirección: Sergio Renán Actuan: Valentino Alonso, Pablo Alvarenga, Patricia Becker, Sergio Boris, Luis Brandoni, Zulema Caldas, Marina Cohen, Gabriel Conlazo, Juan Manuel Fernández, Mariano Fernández, Maia Francia, Mario Fromenteze, Stella Galazzi, María Celeste Gérez, Lucas Krourer, Luciano Linardi, Andrés Martinez, Kevin Melnizky, Leonardo Méndez, Montenegro, Héctor Nogués, Manuel Novoa, Pepe Novoa, Horacio Peña, Pablo Rinaldi, Nicolás Rodríguez Ciotti, Alberto Segado, Eduardo Silva Correa, Daniel Tedeschi, Lorena Vega, Jorge Velurtas, Marcos Woinski, Julieta Zylberberg Vestuario: Mini Zuccheri Escenografía: Graciela Galán Iluminación: Eli Sirlin Musicalización y Sonido: Sergio Renán.
Finalizó Funciones 2007 -- Teatro San Martín, Av. Corrientes 1530, Teléfono: 0800-333-5254 ó 4371-0111 al 8 Web:
http://www.teatrosanmartin.com.ar





--- La idea fija de Ibsen - por Rosario Lix Klett
“Un Enemigo del Pueblo”, dirigida por Sergio Renán en el Teatro San Martín, nos muestra cómo todavía se puede llevar a escena un texto escrito hace más de un siglo en una puesta tradicional y, todavía, ser actual. No sólo logra esto por el excelente grupo de actores (Luis Brandoni, Pepe Novoa, Stella Galazzi), sino también porque logra llevar el timing de la obra, sin por eso alterarla, por un camino en el que hoy los espectadores (después de tanto cine y televisión) se sienten cómodos. Al mismo tiempo, a través de la utilización del espacio (la escenografía a cargo de Graciela Galán) logra guiarnos hacia la lectura que el director busca.
“Un Enemigo del Pueblo” (1882) es una de los dramas más apasionantes de Henrik Ibsen, en el cual, como en gran parte de su dramaturgia, encontramos la base de la obra en un entramado de realismo y de simbolismo; y, en este caso, utiliza un elemento que se encuentra repetidas veces en su poética: el agua. Como sucede en “La dama del mar”, obra en donde el agua juega un rol protagónico, aquí es la referencia al líquido la que nos anticipa lo que va a suceder. De hecho, el conflicto comienza en el momento en que nos enteramos que el agua del balneario (gracias al cual el pueblo ha prosperado ampliamente en los últimos años; el balneario es promovido como un lugar donde el agua posee propiedades curativas) se encuentra contaminada. Por lo tanto, es este status corrupto / corrompido lo que genera la ruptura del status quo, aunque, obviamente, son las palabras del Dr. Stockmann son las que desarrollan el conflicto. Pero el pueblo, sea por una razón o por otra, preferirá no saber, preferirá el agua tóxica, preferirá seguir en silencio y callar al que habla.
Como sucede con “Hedda Gabler”, una vez más, el nombre de la pieza alude directamente al personaje principal, y una vez más lograremos ver esta relación a medida que avanza la pieza. Otorgarle el nombre de “enemigo del pueblo” a la obra, y no Dr. Tomas Stockmann, nos revela que esta es la forma en la que el pueblo lo recordará y la forma en la que nosotros lo recordaremos. Al mismo tiempo, nos dejará pensando sobre todos aquellos enemigos del pueblo, nos preguntamos entonces sobre quien está realmente puesto el foco: sobre Stockmann, o sobre nosotros mismos.
Es aquí donde no puedo alejarme de la puesta, ya que el momento en que reconocemos quién es el enemigo del pueblo para la gente de ese pequeño lugar, y que no es aquel que nosotros pensábamos, es un momento en que el Dr. Stockmann está parado frente a nosotros, y quienes lo acusan son confundidos con nosotros, somos una misma masa de gente a quien le dirige la palabra. Este fragmento de composición espacial es esencial en la puesta de Renán, ya que nos sitúa directamente en el interior de la pieza.
Y es entonces cuando uno se pregunta a qué le aplaudimos cuando aplaudimos: ¿al héroe solitario e incorrompible que quiere decir la verdad, pero que no tiene quien lo escuche?, ¿a Ibsen que logró decir lo que pensaba a través del texto?, ¿a los actores que nos muestran dominar en escena la poética de ibseniana?, o ¿es a nosotros mismos, a nuestro espejo, a nuestro terrible problema de poder sostener solamente dentro de un teatro un aplauso para el mal llamado enemigo del pueblo?
La pregunta es entonces, una vez más, ¿Qué sucede con la obra fuera de esa sala teatral?
www.imaginacionatrapada.com.ar18/5/2007

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