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miércoles, 14 de mayo de 2008

Análisis Un Enemigo del Pueblo




Un enemigo del pueblo representa el compromiso de un hombre idealista con valores como la verdad, la libertad, la justicia, el bien común, y el conflicto que esto le trae con el sistema político corrupto, los medios de comunicación cómplices del poder, y con una sociedad que condena a aquel que acciona en contra de sus intereses, designándolo como enemigo del pueblo.

La obra fue escrita por Henrik Ibsen en 1882, convirtiéndose en un clásico por la contemporaneidad de los conflictos y temas que constituyen Un enemigo del pueblo.


La historia del Dr. Tomás Stockmann es la de un hombre fiel a sus principios, puro, casi ingenuo, que descubre que las aguas del balneario (principal actividad económica del lugar) de su ciudad están contaminadas, y decide publicar este hallazgo. A partir de ese momento, -y como dice el personaje "para enseñarle a sus hijos lo que es ser un hombre"- se enfrenta a la miseria de una sociedad compuesta por políticos, periodistas corruptos y habitantes de una comunidad que sólo están interesados en el progreso económico de su ciudad, sin importar el costo o el perjuicio que ocasionarán a las personas que concurran al balneario.

En definitiva, Un enemigo del pueblo, plantea una lucha entre la razón y el poder. La razón, encarnada en un solo hombre, y el poder representado por los políticos, los medios y el pueblo. En este punto es interesante reflexionar sobre la ideología del autor que, si bien defiende la democracia, plantea que la mayoría (el pueblo) "tiene la fuerza pero no la razón".

Pero ¿quién es el pueblo, en tanto representación de los excluidos y de los marginados en la obra de Ibsen? En la escena en que el Dr. Stockmann sube al estrado para hablar frente a la asamblea de la ciudad, a pesar de que le prohíben decir la verdad y de que lo nombran como traidor y enemigo, en ese momento, él encarna al pueblo: toma la palabra, a pesar de que es rechazado por todos (el hermano intendente, periodistas, ciudadanos), y el alegato que hace es de no claudicación a sus ideales, de que no se convertirá en un corrupto, en una sociedad en la que el poder designa quién está autorizado a hablar y quiénes no.


Por último, otra virtud que posee este clásico del teatro es el de lograr una gran identificación del público con la realidad existente, el de desnudar clara y objetivamente los mecanismos perversos del poder, y el de traer una reflexión sobre el accionar cotidiano de nosotros como ciudadanos.



OPINION PERSONAL DE LA OBRA :)

De todos los libros que leímos hasta ahora este me pareció definitivamente el mejor. Las ideas que presenta Stockman cuando sube al estrado en la asamblea me parecen fascinantes, realmente muy interesantes y con mucho para analizar. Además el vocabulario es mucho más moderno, lo cual facilita la lectura y hace la obra más ligera.

Por otro lado el tema es muy moderno y está muy bien planteado, muestra muchas realidades y deja mucho que pensar.

lunes, 12 de mayo de 2008

Sinopsis de Un enemigo del pueblo





Ibsen escribió "Un enemigo del pueblo" en 1882, obra que muchos años después de haber sido escrita, encuentra significativas correspondencias con la actualidad. Es la historia de una ciudad cuya paz se altera por un foco infeccioso que afecta las aguas del balneario, principal fuente de ingresos del lugar. Las fuerzas sociales del pueblo tratan de ocultarlo y queda sólo en su denuncia. En esta obra, Ibsen presenta ideas contrapuestas: el bien y el mal. La confrontación tensiona la trama a lo largo de toda la obra, hasta estallar en el desenlace con un final abierto que se presta a diversas interpretaciones.


Biografía de Henrik ibsen.


(Cristianía, 1906 - Skien, 1828) Dramaturgo noruego, uno de los renovadores del teatro universal. Nació en una ciudad costera donde su padre poseía una destilería de aguardientes que quebró cuando él tenía seis años. Su madre era muy religiosa. A los quince años se fue a vivir a Grimstad, no lejos de su pueblo natal, donde su padre le había conseguido un puesto como ayudante de un farmacéutico. Sus contactos con la familia fueron, por el resto de su vida, esporádicos.

A los veinte años era ya un librepensador, entusiasmado con las insurrecciones populares que estallaban en toda Europa. En 1850 fue a estudiar a Cristianía (hoy Oslo). Noruega era por esa época un país regido políticamente por Suecia y culturalmente por Dinamarca. En 1853 aceptó el puesto de director y dramaturgo de un nuevo teatro en la ciudad de Bergen y cuatro años más tarde volvió a Cristianía para dirigir otro teatro que en 1862 cerró por problemas económicos.
Este fracaso marcó el comienzo de una nueva época en su vida. Cansado de lo que consideraba estrechez de miras de su país natal, partió a un exilio de veintisiete años por Italia y Alemania, período durante el cual escribió el grueso de su obra. Ya en el pináculo de su fama volvió a Noruega y en 1900 sufrió el primero de una serie de ataques de apoplejía, que afectaron su salud física y mental. Falleció en 1906 y fue enterrado con honores de jefe de Estado.
Como director del teatro de Bergen, Ibsen intentó crear un drama nacional, tarea difícil ya que si bien podía utilizarse como base el rico acervo de las sagas islandesas medievales, la escena de su país estaba dominada por la dramaturgia francesa de Scribe (que daba prioridad a lo ingenioso de la intriga sobre la profundidad de los personajes), y por el idioma y la tradición histriónica danesas.
La experiencia que ganó en Bergen tuvo para él un valor incalculable. Como director del teatro de Cristianía, ya casado con Suzannah Thoresen, exhibió una autoridad y confianza en sus propias ideas que antes no había mostrado. Esto se advierte en su drama Los pretendientes de la corona (1863), que forma parte de una serie de tema histórico y en el que, con reminiscencias shakespearianas y gran precisión psicológica, trata el tema de la dificultad del ser humano de encontrar su misión en la vida.

Con Brand (1866) y Peer Gynt (1867), dos dramas en verso, Ibsen hace su entrada en la literatura universal. Si Brand representa la toma de posición apasionada, los temas centrales de Peer Gynt son la duda, la ambigüedad, la huida al mundo de la fantasía. El predicador Brand es el idealista que lo sacrifica todo en aras de su misión. Sus exigencias tienen un carácter absoluto, no sabe de matices. El mensaje de la obra es, en cambio, más contradictorio. ¿Es Brand un mártir de la verdad o una víctima de sus propias exigencias inhumanas? Peer Gynt es en cambio una leyenda romántica, con rasgos realistas modernos, más audaz que Brand desde el punto de vista teatral. Su protagonista es una figura fáustica, a la vez un soñador romántico y un monstruo de egoísmo.
En el decenio de 1870 Ibsen abandona el teatro de ideas por el drama social realista. La primera obra de este período (y la primera que escribió en prosa) fue Las columnas de la sociedad (1877), que trata de los conflictos sociales y del choque de lo antiguo con lo nuevo. Pero el verdadero éxito le llegó con Casa de muñecas (1879), en la que por primera vez aparece la voz auténtica del autor.

Puesta en el TEATRO SAN MARTIN de UN ENEMIGO DEL PUEBLO en el año 2007













Un Enemigo del Pueblo”: Un espejo enorme sobre el escenario
Lix
rlix@fibertel.com.ar
Autoría: Henrik Ibsen Adaptación y Dirección: Sergio Renán Actuan: Valentino Alonso, Pablo Alvarenga, Patricia Becker, Sergio Boris, Luis Brandoni, Zulema Caldas, Marina Cohen, Gabriel Conlazo, Juan Manuel Fernández, Mariano Fernández, Maia Francia, Mario Fromenteze, Stella Galazzi, María Celeste Gérez, Lucas Krourer, Luciano Linardi, Andrés Martinez, Kevin Melnizky, Leonardo Méndez, Montenegro, Héctor Nogués, Manuel Novoa, Pepe Novoa, Horacio Peña, Pablo Rinaldi, Nicolás Rodríguez Ciotti, Alberto Segado, Eduardo Silva Correa, Daniel Tedeschi, Lorena Vega, Jorge Velurtas, Marcos Woinski, Julieta Zylberberg Vestuario: Mini Zuccheri Escenografía: Graciela Galán Iluminación: Eli Sirlin Musicalización y Sonido: Sergio Renán.
Finalizó Funciones 2007 -- Teatro San Martín, Av. Corrientes 1530, Teléfono: 0800-333-5254 ó 4371-0111 al 8 Web:
http://www.teatrosanmartin.com.ar





--- La idea fija de Ibsen - por Rosario Lix Klett
“Un Enemigo del Pueblo”, dirigida por Sergio Renán en el Teatro San Martín, nos muestra cómo todavía se puede llevar a escena un texto escrito hace más de un siglo en una puesta tradicional y, todavía, ser actual. No sólo logra esto por el excelente grupo de actores (Luis Brandoni, Pepe Novoa, Stella Galazzi), sino también porque logra llevar el timing de la obra, sin por eso alterarla, por un camino en el que hoy los espectadores (después de tanto cine y televisión) se sienten cómodos. Al mismo tiempo, a través de la utilización del espacio (la escenografía a cargo de Graciela Galán) logra guiarnos hacia la lectura que el director busca.
“Un Enemigo del Pueblo” (1882) es una de los dramas más apasionantes de Henrik Ibsen, en el cual, como en gran parte de su dramaturgia, encontramos la base de la obra en un entramado de realismo y de simbolismo; y, en este caso, utiliza un elemento que se encuentra repetidas veces en su poética: el agua. Como sucede en “La dama del mar”, obra en donde el agua juega un rol protagónico, aquí es la referencia al líquido la que nos anticipa lo que va a suceder. De hecho, el conflicto comienza en el momento en que nos enteramos que el agua del balneario (gracias al cual el pueblo ha prosperado ampliamente en los últimos años; el balneario es promovido como un lugar donde el agua posee propiedades curativas) se encuentra contaminada. Por lo tanto, es este status corrupto / corrompido lo que genera la ruptura del status quo, aunque, obviamente, son las palabras del Dr. Stockmann son las que desarrollan el conflicto. Pero el pueblo, sea por una razón o por otra, preferirá no saber, preferirá el agua tóxica, preferirá seguir en silencio y callar al que habla.
Como sucede con “Hedda Gabler”, una vez más, el nombre de la pieza alude directamente al personaje principal, y una vez más lograremos ver esta relación a medida que avanza la pieza. Otorgarle el nombre de “enemigo del pueblo” a la obra, y no Dr. Tomas Stockmann, nos revela que esta es la forma en la que el pueblo lo recordará y la forma en la que nosotros lo recordaremos. Al mismo tiempo, nos dejará pensando sobre todos aquellos enemigos del pueblo, nos preguntamos entonces sobre quien está realmente puesto el foco: sobre Stockmann, o sobre nosotros mismos.
Es aquí donde no puedo alejarme de la puesta, ya que el momento en que reconocemos quién es el enemigo del pueblo para la gente de ese pequeño lugar, y que no es aquel que nosotros pensábamos, es un momento en que el Dr. Stockmann está parado frente a nosotros, y quienes lo acusan son confundidos con nosotros, somos una misma masa de gente a quien le dirige la palabra. Este fragmento de composición espacial es esencial en la puesta de Renán, ya que nos sitúa directamente en el interior de la pieza.
Y es entonces cuando uno se pregunta a qué le aplaudimos cuando aplaudimos: ¿al héroe solitario e incorrompible que quiere decir la verdad, pero que no tiene quien lo escuche?, ¿a Ibsen que logró decir lo que pensaba a través del texto?, ¿a los actores que nos muestran dominar en escena la poética de ibseniana?, o ¿es a nosotros mismos, a nuestro espejo, a nuestro terrible problema de poder sostener solamente dentro de un teatro un aplauso para el mal llamado enemigo del pueblo?
La pregunta es entonces, una vez más, ¿Qué sucede con la obra fuera de esa sala teatral?
www.imaginacionatrapada.com.ar18/5/2007

martes, 29 de abril de 2008

Un enemigo del Pueblo



Acá les dejo un adelanto de la obra que vamos a leer "Un enemigo del pueblo"


La sinopsis que hace el autor:
En una ciudad cuya principal atracción y fuente de riqueza es su balneario, el
doctor Thomas Stockmann descubre que el agua está contaminada y avisa a la
comunidad sobre los graves peligros que se ciernen sobre la salud de las personas.
Tropieza con el rechazo frontal de influyentes poderes y personajes, entre ellos su
propio hermano y alcalde, propietarios, medios de comunicación. Todos parecen más
preocupados por los inconvenientes económicos de la desinfección del agua y por la
posible pérdida de clientes del balneario que por la salud de la gente.






También les dejo una reseña sobre la vida del autor

El dramaturgo y poeta noruego Henrik Ibsen nació en 1828 la pequeña ciudad
maderera de Skien (sur de Noruega) y falleció en 1906 en Cristiania (actual Oslo).
Ya tenía publicada una comedia, Catilina (1850) y se hallaba comprometido en
la redacción de otra, El túmulo del héroe (1854), cuando fue nombrado asistente de la
dirección y «poeta doméstico» en el recientemente creado Det Norske Theater de
Bergen, donde conoció a Susannah Thoresen, la hija de un clérigo con la que contrajo
matrimonio en 1858. De las cuatro comedias «nacional-románticas» que produjo en
Bergen, incluidas las que había escrito antes, sólo una es actualmente recordada: La
señora Inger de Ostraat (1855).
Durante 27 años (desde 1864) vivió fuera de Noruega, principalmente en
Roma, Dresde y Munich, con breves visitas a su país en 1874 y 1885.
Sus dos primeras grandes obras son los poemas dramáticos Brand (1866) y Peer
Gynt (1867). Siguió buscando su voz propia como autor en obras como La liga de la
juventud (1869), César y Galileo (1873) o Los pilares de la sociedad (1877). Se consolidó
como renovador y pionero del teatro moderno con Casa de muñecas (1879), Espectros
(1881), Un enemigo del pueblo (1882), El pato salvaje (1884) y La casa de Rosmer (1886).
Inició entonces una fase de escritura más autoanalítica y simbólica con obras
como La dama del mar (1888), Hedda Gabler (1890), El constructor Solness (1892), El
pequeño Eyolf (1894), John Gabriel Borkman (1896) y Cuando despertemos de entre los
muertos (1899).
Robert M. Adams, en su articulo sobre Ibsen en la Encyclopedia Britannica,
señala: «Ibsen ocupa una posición de primera fila los primeros autores modernos que
podemos calificar como grandes perturbadores; pertenece a la estirpe de Fiodor
Dostoievski, Friedrich Nietzsche y William Blake. Escribió obras sobre gente en su
mayor parte prosaica y corriente, pero de ahí supo extraer observaciones de una
devastadora franqueza y enorme sutileza, con destellos de excepcional belleza. Los
argumentos de sus obras no son juegos ingeniosos sino actos deliberados de
conocimiento, en los que las personas son despojadas de sus disfraces acumulados y
obligadas a reconocerse, para bien o para mal, como realmente son».






Me pareció interesante dejar esta información, ya que, mañana terminaremos con la lectura de Hamlet y comenzaremos con la de éste libro...