miércoles, 9 de julio de 2008

La vida no es más que un viaje en tren


Les dejo otro texto que encontré, es muy bueno e interesante. Espero que les guste...


La vida no es más que un viaje en tren




La vida no es más que un viaje en tren: repleto de embarques y desembarques, salpicado de accidentes, sorpresas agradables en algunos embarques, y profundas tristezas en otros.




Al nacer, nos subimos al tren y nos encontramos con algunas personas, las cuales creemos que siempre estarán con nosotros en este viaje.
Lamentablemente la verdad es otra.
Ellos bajarán en alguna estación dejándonos huérfanos de su cariño, amistad y su compañía
irremplazable.




No obstante, esto no impide a que se suban otras personas que nos serán muy especiales.




De las personas que toman este tren, habrá los que hagan como un simple deseo, otros que encontraran solamente tristeza en el viaje, habrá otros que, circulando por el tren estarán siempre listos para ayudar a quien lo necesite.
Muchos al bajar, dejan una añoranza permanente; otros pasan tan desapercibidos que ni siquiera nos damos cuenta que desocuparon el asiento.




Es curioso que algunos pasajeros, quienes nos son más queridos, se acomoden en vagones distintos al nuestro.




Por lo tanto, se nos obliga hacer el trayecto separados de ellos. Desde luego, no se nos impide que durante el viaje, recorramos con dificultad nuestro vagón y lleguemos a ellos, pero lamentablemente, ya no podremos sentarnos a su lado, pues habrá otra persona ocupando el asiento.




No importa; el viaje se hace de este modo; lleno de desafíos, sueños, fantasías, esperas y despedidas, pero jamás regresos.




Entonces, hagamos este viaje de la mejor manera posible.




Tratemos de relacionarnos bien con todos los pasajeros, buscando en casa uno, lo que tengan de mejor.




Recordemos siempre que en algún momento del trayecto, ellos podrán titubear y probablemente precisaremos entenderlos ya que nosotros también muchas veces titubearemos, y habrá alguien que nos comprenda.




El gran misterio, al fin, es que no sabremos jamás en que estación bajaremos, mucho menos dónde bajarán nuestros compañeros, ni siquiera el que está sentado en el asiento de al lado.




Me quedo pensando si cuando baje del tren, sentiré nostalgia...
Creo que sí…




Separarme de algunos de los que me hice en el viaje será doloroso.




Pero me aferro a la esperanza de que, en algún momento llegare a la estación principal y tendré la gran emoción de verlos llegar con un equipaje que no tenían cuando embarcaron.




Lo que me hará feliz, será pensar que colaboré con que el equipaje creciera y se hiciera valioso.

2 comentarios:

Joe Marino dijo...

Ya habia leido varias veces este texto (o otros parecidos). Me gusta bastante :)

Joe Marino dijo...

Ya habia leido varias veces este texto (o otros parecidos). Me gusta bastante :)