En el psicoanálisis freudiano, el complejo de Edipo se refiere al conflicto emocional que se da en la infancia de todo ser humano de sexo masculino cuando, por un lado, se siente una atracción sexual inconsciente por la madre y, por el otro (simultáneamente), se percibe también un sentimiento de odio (también inconsciente) hacia el padre. El período de manifestación del complejo abarca, aproximadamente, los seis primeros años de vida del niño, como parte de la llamada etapa fálica (pregenital) del desarrollo de la libido.
El complejo de Edipo ofrece al niño dos vías:
- Activa, tomar a la madre y sustituir al padre.
- Pasiva, hacerse amar por el padre.
Se sustituye la investidura de objeto por la identificación, se introyecta a la autoridad del padre y de la madre, y se forma el núcleo del Super Yo, que severamente prohíbe el incesto y el retorno de las investiduras de objeto. Las aspiraciones libidinales son desexualizadas y sublimadas por una parte, e inhibidas en sus metas y mudadas en mociones tiernas. Se inicia el período de latencia. Describe este proceso como represión, si bien a futuro requiere el Super Yo, que en este caso está en formación. Más que represión, es cancelación y destrucción del complejo. Relación entre organización fálica, complejo de Edipo, amenaza de castración y período de latencia.
La niña percibe que su clítoris es un pene pequeño, que ya crecerá pero, al asumir que las mujeres grandes lo poseen, intuye que ha sido castrada. Si la angustia no existe, el Super Yo se instituye como resultado de la educación y el amedrentamiento externo. Es unívoco, se acerca al padre y sustituye la madre. Simbólicamente pasa del pene al hijo, su complejo culmina en el deseo del recibir el regalo de un hijo de su padre, el cual permanece en lo inconsciente como el del pene y son la base para su futura función sexual.
La finalidad terapéutica del análisis (la terapia) consiste en conseguir que el paciente renuncie al fantaseo y a sus satisfacciones secretas para sustituirlas por otras formaciones imaginarias y otras acciones en la vida, para alcanzar nuevas formas de satisfacción en la realidad. La curación pasa por la reapropiación por parte del sujeto de sus potencialidades pulsionales, para que pueda hacer con ellas algo en la realidad. Hay que liberar a la libido desligándola de las imagos parentales sepultadas en el inconsciente, para devolverla a la influencia del yo y de la realidad.
La actitud comprensiva de los padres ayuda a solucionar este conflicto y el hijo puede salir del complejo de Edipo. En el mejor de los casos, el niño trata, en su deseo, de superarlo, de parecerse a su rival. Acaba entonces por identificarse con él, en una especie de solidaria convivencia, en la que el padre se vuelve un modelo para el niño. Lo mismo ocurre entre la niña y su madre.
4 comentarios:
uii no habia visto q cami puso lo mismo :S mil sorrys, la proxima veo el blog antes de subirr
Jajaja, no se como se hace. Que despues vea Paula...
Quien es camila barreiro?
PSicologiaa!
si te gusta aprende a escribirlo jajajajaj!
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