miércoles, 23 de abril de 2008

Cuento (Guido L.)

Acá posteo un cuento que escribí el año pasado. Me pareció interesante postearlo porque hace poco se conmemoró un año más de lo ocurrido en Malvinas y se relaciona con esto.




Crónica de una nueva guerra pasada

Argentina. Septiembre y Octubre del Dos Mil Ocho.
Día 1: No lo entiendo. Es todo por unas papeleras. Sí, por unas simples papeleras. Estamos instalándonos. Nadie está contento. Nadie sabe lo que pasa. Todos sabemos que es todo por unas papeleras, unas simples papeleras.
Día 2: El general Pereira no quiere hablar, no quiere explicar nada. Nadie nos habla, no entendemos nada. Sólo nos instalamos en esta base militar y sabemos que todo es por unas papeleras. Nada más.
Día 3: Murieron siete jóvenes de mi edad. Los mataron. No sabemos por qué ni por quién. Estamos asustados. Muy asustados.
Día 4 : El general nos habló. Nos contó que estamos en una guerra. Sí, una guerra. Por unas papeleras. Estamos peleando contra nuestros hermanos, los uruguayos.
Día 5 : Ya entendimos todo. Nos mandaron a un montón de jóvenes a luchar en una guerra. Algunos, recién terminaron la secundaria, otros, ya estamos en la facultad.
Día 6: Me di cuenta de que no estamos preparados para luchar. No tenemos armas ni aprendimos a pelear.
Día 7 : Tengo miedo, extraño a mi familia y no estoy preparado para matar.
Día 8 : ¿Qué hago acá? Hace diez días estaba en mi casa, disfrutando de mis vacaciones, con mi hermano mellizo que supongo que también debe estar en esta guerra. No sé dónde estará. En realidad, ni siquiera sé dónde estoy yo.
Día 9 : Sufro de hambre. No estoy acostumbrado a esto. Siempre viví cómodo en mi casa con mi madre y mi hermano. Siempre cómodo. Ahora no.
Día 10: Nunca me imaginé esto. A mi padre lo asesinaron en la Guerra de las Malvinas y ahora yo, acá.
Día 11 : Me comuniqué con mi madre, por un celular que encontré de un fallecido. Nunca escuché a mi madre así, tan preocupada. No lo podía creer. Dijo que los noticieros muestran imágenes terribles, chicos masacrados. Dijo que ya hubo más de ciento cincuenta muertos. No solo argentinos, también uruguayos.
Día 12 : Otra vez me comuniqué con mi madre, le pregunté por mi hermano. Solo dijo que no sabe dónde está. Obviamente, debe estar en la guerra.
Día 13: El teniente Gómez, que es el que mejor se porta con nosotros, los jóvenes soldados, dijo que estamos en una ciudad de Entre Ríos llamada Colón.
Día 14: Estoy paralizado. Esto es muy fuerte para mí. Me acabo de dar cuenta de que hace, aproximadamente unos diez años, cuando tenía yo solamente 16, estuve de vacaciones en esta ciudad.
Día 15: Me acordé de más detalles de esta ciudad. Había unas termas de agua caliente que se llenaban de gente y había un centro comercial hermoso. Habíamos venido en Enero y habíamos ido a un hotel con una enorme pileta. También me acuerdo de que, nos gustó tanto, que al año siguiente volvimos.
Día 16: Los aviones uruguayos nos sobrevuelan, cada vez la situación es peor.
Día 17: Llegaron provisiones. Pocas, pero provisiones al fin. Dicen que fueron donadas por gente de Inglaterra. Qué paradoja.
Día 18: Hoy tengo más tiempo para escribir. Me reemplaza un chico que llegó hoy desde Buenos Aires. Es un refuerzo.
En mi habitación dormimos 10 personas y a veces, más. El cuarto es chico, no hay camas, solo colchones, una lamparita colgando del techo. Está supuestamente “pintada” pero, por como está, parece “despintada”. No tenemos sábanas. En realidad tuvimos, pero a los 3 días las ratas no nos dejaron nada. A la noche, nos turnamos para estar de guardia por si algo llegara a pasar. Además, hace mucho frío y tenemos muy poca ropa.
Un día llegó un señor a mi casa y me dijo: “usted venga conmigo”. Era de la policía y por eso lo acompañé. Por eso, estamos sin ropa. Fue todo de repente, de un día para otro. Luego tuve viajes larguísimos, hasta que llegué acá. Ya es hora del almuerzo. Almuerzo, solo si se llama así a un pan y con suerte una o dos papas.

Día 19: Mi trabajo es recoger cadáveres. Algunos son terribles. No solo mueren por ataques uruguayos, también mueren por enfermedades o por hambre. Es una bendición estar vivo todavía, si es que vivir así es vivir.
Día 20: Estoy confundido. Los jefes incitan el odio hacia los uruguayos. Sé que los uruguayos están tan poco preparados como nosotros y supongo que tampoco nos deben odiar. Yo no los odio.
Día 21: Mi odio crece contra mis jefes y su gobierno. Es injusto estar acá. No tengo nada que ver con que a un loco del gobierno militar se le ocurra mandarnos a una guerra. Me doy cuenta de que nuestro país no aprendió nada. Primero, las Malvinas, ahora, las Papeleras. Siempre me acuerdo de que cuando era más joven de lo que soy ahora todos hablaban de que la democracia debía subsistir siempre en nuestro país y bla bla bla. Hace dos años, nuevamente, los militares tomaron el poder y hoy estoy acá.
Día 22: Estoy tremen... Acaba de caer una bomba. Hay muertos.
Día 23 : Si en el día 16 pensaba que la situación era mala ¿Qué me queda para hoy? Esto es indescriptible. Qué mal que estoy, qué mal que estamos.
Día 24 : Ya casi no queda comida. Está pasando algo... terrible, en realidad, mucho peor que eso. En la desesperación algunos empezaron a comer la carne de los fallecidos. En lo personal, prefiero morir de hambre.
Día 25: Estoy lleno de ira ¿Cómo puede ser que a unos cuantos locos se les ocurra apartarme de mi familia, estar viviendo esto, juntando cadáveres, mirando cómo muere gente, sufriendo de hambre y de frío y cosas peores? Aparte como yo, debe haber miles de jóvenes.
Día 26: Ocurrió lo peor que me podía ocurrir. Mi función no es más la de recoger cadáveres, es mucho peor, debo ir al frente de la batalla a “cazar” uruguayos como dicen los jefes. Tengo pánico, no quiero matar ni ser matado.
Día 27: Primer día al frente de la batalla. Gracias a Dios no me crucé con ningún joven uruguayo. No entiendo por qué debo matarlos, son jóvenes como yo solo que en vez de haber nacido en Argentina, nacieron en Uruguay ¿Cuál es la diferencia? ¿No debería ser lo mismo? ¿No tendrían que morir nuestros jefes y los militares con su gobierno que son los que nos mandaron a esta guerra? ¿No deberían estar batallando ellos? ¿Por qué yo?
Día 28: Por tercera vez en 28 días logré hablar con mi madre. Dice que mi hermano no se comunicó. Es obvio que está muerto, pero no se lo dije. Traté de minimizarle un poco la situación para que no esté tan mal, pero ella lo ve todo en la televisión. Es cierto, una imagen vale más que mil palabras.
Me contó que la cantidad de muertes ascendió a más de dos mil. Insinuó que me escape, pero ella no está acá. Es imposible, no tengo fuerzas y además, mis superiores, que están bien alimentados y no viven en un paraíso pero sí mucho mejor que yo, no me dejarán salir. Además ellos son los que quieren la guerra.

Día 29 : Me tocó lo peor. Hoy sí estoy en el abismo. Toqué fondo. Es inaguantable. Maté a un uruguayo. No debo decirle uruguayo, debo decirle persona, joven, muchacho o como sea.
Día 30: Ayer no pude dormir. Las pesadillas me lo impidieron. Tengo la imagen del chico que maté delante de mis ojos. Todavía lo veo rogándome que por favor no lo mate, pero no me quedó otra. Sé que no es mi culpa, pero no lo puedo evitar.
Día 31: Hace dos días que no duermo, ese chico al que maté me está matando por dentro.
Día 32: Pude dormir unas horas y conseguí algo de comida. Los brasileños, solo algunos, se están solidarizando y nos pasan comida de manera ilegal para que los supuestos “superiores” no se queden con la mayor parte.
Día 33 : Nuevamente, dormí poco. Volví a ver en sueños el momento en el que asesiné al pobre joven, pero esta vez el pobre joven era mi hermano. Ya no sé qué es peor, estar durmiendo o estar despierto.
Día 34: Soñé de vuelta con lo mismo, pero esta vez estaba sacándole la vida a mi padre.
Siempre pensé que en la Guerra de las Malvinas la persona que mató a mi padre era la peor. Pero ahora pienso : ¿Qué pensará la familia del muchacho que yo asesiné? Nunca sabrán quién fue en realidad, pero siempre me odiarán , en realidad, odiarán al asesino de su hermano, hijo, sobrino, nieto o lo que fuere. Esta idea me aterra. Más me aterra pensar que el joven muerto tenía hijos. Les pasará lo mismo que a mí. Siempre vivirán con la duda de quién lo mató y siempre odiarán a esa persona virtual.

Día 35: Hoy soñé algo peor, que por lo menos me hizo un poco mejor. Volví a ver el momento de la muerte del chico, pero esta vez lo asesinaban los militares. Es decir, que no fui yo quién lo asesinó sino ellos, claro, indirectamente.
Día 36: Mismo sueño pero el asesinado es mi padre. Los militares también asesinaron a mi padre.
Día 37 : De nuevo, pero esta vez el muerto es mi hermano. Los militares también asesinaron a mi hermano.
Día 38: Esta vez el muerto soy yo. Ya no sé si es un sueño.

10 comentarios:

Stephie Friedlander dijo...

Está muy bueno Gui! Ojalá cada persona que pasara por esa situación tuviera tal pensamiento y culpabilidad.

Camila Barreiro dijo...

Es verdaderamente muy bueno! Me gusta la forma en la que lo relataste. Y el final por sobre todo, como la realidad se empieza a mezclar con los sueños, como se empieza a volver loco quizás?...A ver si pronto subís otro, este esta muy bueno en serio!

Ivan dijo...

Guidooo , la verdad esta muy bueno che
te felicito posta, cuando quieras mándate otro que este esta de 10.
Que se yo, no hablo asi todo con todo el vocabulario porque es el blog del curso y para no hacerlo tan como decirlo "clase " hablo mas "normal"
Bueno Guido te felicito =)

Stephie Friedlander dijo...

JAJAJAJAJJAJ! Iváaaaaaan xD!

paula luna dijo...

Ya te lo escribí en el papel pero vuelvo a felicitarte. Es increíble cómo lográs el clima y el efecto de realismo. La verdad queremos leer otras producciones. Te felicito. Paula

Nico Spoli dijo...

Muy bueno! Aparte como lo redactaste como un diario que él escribía casa día, nos hace involucrarnos mas y eso esta bueno!
Te felicito eh!
si tenes más subilos, así los podemos disfrutar todos!

Guido Lubel dijo...

Gracias a todos! :)

Joe Marino dijo...

Las ultimas frases son geniales. posta q muy buena idea hacer q se de cuenta de todo por los sueños :)

Anónimo dijo...

Hola Guido, aunque esto te parezca un poco extrano yo tambien me llamo Guido Lubel y pense que era el unico por la zona, buena onda conocer otro.

Saludos

ezequiel alma dijo...

Hola, Ezequiel Alma yo tmb me llamo Ezequiel Alma. Pense que era el único pero hay más. y bue...


DEJATE DE JODER GUIDO